jueves, 27 de marzo de 2025

Yemen, Orwell y Netflix: el colonialismo que no se fue (solo se recicló)

Ayer, mientras veía TikTok, me salió un video devastador de un padre yemení en su tienda, sentado junto a su asustado hijo, manteniendo la calma y abrazándolo mientras a la distancia ve como caen las bombas estadounidenses. Puede que la calma del padre fuera una máscara para dar seguridad al hijo. Pero por alguna razón no pude evitar pensar que el señor genuinamente está acostumbrado, que ya no teme a las bombas pues han sido su cotidianidad por años. 
La idea me rompe el corazón. Siempre nos quejamos de lo terrible que es la vida en los países latinoamericanos, y objetivamente lo es para las poblaciones históricamente marginadas como pueblos originarios, poblaciones LGBT+, personas que viven en pobreza (con énfasis en infancias, mujeres y adultos mayores), entre otras. Pero, y sin el afán de comparar el sufrimiento de nadie, presenciar en vivo y en directo el exterminio sistemático de pueblos árabes es algo que va mucho más allá. 
Esta reactivación del conflicto yemení es algo que seguramente los hutíes estaban esperando pues Yemen lleva años resistiendo a las armas gringas, a sus alianzas colonialistas con Arabia Saudita. Crean sus propias armas y con eso se enfrentan a uno de los países que, se supone, tiene de los armamentos más modernos del mundo. Siguiendo las noticias de Medio Oriente en un canal un poco rancio (muy de derecha conservadora) en Telegram he visto notas sobre esta hambre que tienen por demostrar su músculo frente a una de las potencias armamentísticas del mundo, por algo lo menciono. 
Sin embargo más allá de este grupo que tomó las armas hace mucho tiempo, del otro de la balanza está el resto de la población. ¿Qué pasa con estas personas? Los civiles que, como siempre, terminan pagando los platos rotos y se convierten en una victima más del sistema necropolitico. 

Realmente me vuela la cabeza pensar que lo que Orwell advirtió lleva años siendo una realidad. 

La guerra es paz
La libertad es esclavitud
La ignorancia es la fuerza

Chica, desde la Guerra Fría me atrevería a decir que las predicciones de Orwell ya estaban más que presentes. Es más, tal vez ni siquiera valga la pena mencionarlas como predicciones sino críticas de una realidad que sigue presente en la actualidad y que ha evolucionado al terrible sistema necrocapitalista que precisamente se alimenta de los civiles, de los inocentes. Son guerras coloniales, porque de nuevo, el colonialismo nunca desapareció. Porque Estados Unidos, al igual que la Antigua Roma, desde hace muchos años hizo el centro de su identidad nacional la falsa idea de que son super héroes, que traen otro rollo y por eso mismo deberían convertirse en los Capitanes de la Libertad y reclamar el resto del mundo, porque les pertenece. Empezado por el resto del continente americano, al que llevaron la democracia país a país, dejando detrás montañas de cadáveres por los regímenes militares que financiaron y paisajes desolados, pues hay un precio a pagar por la famosa libertad estadounidense, ¿no es así?
El precio son todos los recursos naturales, sus tierras para los gringos "nómadas digitales", para los "expats" que, obviamente, son dueños del mundo por el mero echo de haber nacido en el Gabacho. 
¿Y qué pasa con los nativos? ¡Pues los alimentas a la máquina necrocapitalista que echa andar la economía global! ¿Qué no sabes que de eso se alimenta? De la sangre de los inocentes, de la desesperación de los pobres. Y la que más le gusta es la de los tercermundistas, ya sabes, esos incivilizados que son pobres porque quieren y no porque el mismo colonialismo se haya encargado de sabotearlos desde hace siglos hasta la actualidad para que no dejen de depender de los países "Primer Mundistas", quienes a cambio chupan los recursos que, seamos sinceros, no encontrarían nunca en ningún otro lado porque ni un un millón de años sus tierras serán tan ricas como las de África, Asia, América y Oceanía. 

Creo que uno de los mayores problemas de la globalización, por lo menos para los países latinos, es que desde hace años nuestros medios están rebasados de propaganda occidental. Hay que aspirar a ser como Europa y el Gabacho; "que terrible ha de ser vivir en un país africano o asiático, las películas hollywoodenses nos han enseñado que son lugares completamente miserables y marginados. Sí, tienen razón los imperialistas, ellos son los civilizados que guían al mundo hacía el progreso y evitan que seamos así de miserables." 
Lo único que conocemos lo conocemos por los medios de comunicación. La única manera de conocer de la cultura hermana al otro lado del mar, es con las series de Netflix, las princesas de Disney y los best sellers que se apropian de ricas culturas sin la más mínima pisca de respeto, solo porque saben que son minas de dinero. Realmente, es por este tipo de cosas que reafirmo una vez más que el colonialismo jamás a desaparecido ni dejado de controlar nuestros países. 
No hay soberanía en este mundo de mercados. 




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